domingo, 30 de diciembre de 2007

A TRAVÉS DEL CRISTAL

Llovía y salía el sol, así en una alternancia casi cronometrada. Ella, sumida en las tareas de la cocina, no dejaba de controlar visualmente la gran curva en pendiente por donde él debería llegar a la hora de la comida. Casi mecánicamente se volvía hacia el gran ventanal que dominaba la ladera donde estaba, como colgada, la casa. No miraba el reloj. Sabía, por los cambios de la luz en la vegetación, qué hora era en cada momento. No necesitaba medir el tiempo, pero tampoco perdía ojo a la evolución del guiso que se estaba cocinando a fuego lento.


Le gustaba controlar las variaciones momentáneas de la luz sobre los árboles que poblaban el pequeño reguero, despeñado y ruidoso, que corría hacia el fondo del valle al encuentro con el río. Los colores cambiantes de una primavera ya iniciada, describían con minuciosa persistencia los alardes cromáticos en las ramas de los diversos árboles y arbustos. Cocinaba y avizoraba el derroche imaginativo de colores. Eran, sobre todo abedules y salgueros. Pero no faltaban alisos y castaños, en contraste con las manchas persistentes de pinos y eucaliptos.


Cocinaba y miraba, pensando lo que iba a contarle a él cuando volviera, como cada día,
a la hora de comer. Ensayaba, mentalmente:


- Hoy los salgueros tienen un color casi morado, casi vino de burdeos, en sus ramas donde los brotes están a punto de asomar…


O bien:


- Mira, los abedules están ya casi rojos, aunque todavía de un color lila muy brillante…


Seguía controlando la lumbre. La cocción de los alimentos no requería tanta atención como los cambios que estaban teniendo lugar en el paisaje.


La radio, un fondo ronroneante, también parecía formar parte de este persistente ritual. Pero era una presencia secundaria, como un fondo mullido y monótono, a pesar de la alternancia de música y noticias sin relieve, sin alterar esa especie de silencio en que flotaban los sonidos.


De pronto, se cortó la emisión de un “rap” apenas perceptible para dejar paso a una voz femenina que se elevó hasta escucharse claramente. Hablaba de un accidente, de una colisión de varios vehículos, ocurrida hacía solamente unos minutos en el cruce de salida del pueblo. La voz hablaba de un fallo humano acrecentado por los efectos de la lluvia. Hablaba también de un muerto, sin ninguna otra precisión. Ella recordó que había captado, en una lejanía casi evanescente, un ruido de sirenas. Lo había oído pero sin escucharlo, como formando parte de aquella música insistente y machacona. Cuando volvió a mirar por la ventana, se dio cuenta de que los colores del paisaje habían cambiado. Todo aparecía como difuminado.



La ladera se había cubierto de un velo que recordaba el color de la ceniza.



Siguió como hipnotizada por la visión que le llegaba a través del cristal. El mediodía se había vuelto agrio y desdibujado. Era como si alguien hubiera derramado arena gris en el paisaje. La vegetación se había llenado de una luz cansina y agusanada.


Siguió mirando alucinada a través del ventanal. Entonces fue cuando lo vió. Estaba subiendo a pie por la cuesta, al comienzo de la gran curva de la carretera, pero avanzaba como flotando, sin posar los pies en el suelo. Durante un tiempo que no llegó a medir, siguió viéndolo allí, en el mismo lugar de la gran curva. Caminaba sin avanzar. Movía las piernas como si pisara una superficie de algodón. Todo el paisaje, tan entrañable y colorista, se había borrado de repente.


Solamente estaba él, persistente, caminando sin moverse. Entonces ella se apartó del ventanal. Se olvidó de la música, de los olores y sonidos de la casa. Todavía no sintió ningún dolor, ni rabia, ni tristeza. Solamente un golpe en todo el cuerpo. Un resquebrajamiento de la piel. Una especie de niebla cayendo en goterones por delante de los ojos.

sábado, 8 de diciembre de 2007

ÍNDICE DEL BLOG

Con el propósito de facilitar a los lectores un acceso rápido y seguro a la obra incluida hasta ahora en el blog, ofrecemos a continuación un índice.

Afortunadamente, gracias a la tecnología, para encontrar lo que el lector desee leer basta pinchar” sobre cualquiera de las entradas, e inmediatamente aparecerá el texto deseado en la pantalla de su computadora.

ÍNDICE DE LAS ENTRADAS
ALGUNOS POEMAS

sábado, 6 de octubre de 2007

DESENCANTO


La estatua nos amuebla la memoria.
La nube que navega
el horizonte,
nos delimita el puente
de las fugas.
Estado de invasión
en los espejos.
Aquí naufraga y muere
cada historia.

CONNOTACIÓN

La memoria es una mar
que marcha
y vuelve.
Se perfila una historia
con tu rostro
llenando todo el lienzo.
El mar que permanece
sin descanso.

COMÚN SONIDO

Castillo de la voz, senda
del agua.
Alucinado ejército
presiona
sobre la tierra en paz,
sobre el silencio.
Cambiante multitud
de desencuentros.

COSMOGONÍA

Entonces el azul se precipita,
cayendo desde un cielo
de tonos acerados.
Resplandores
crepitan en tus puertas.
Un nombre va quedando
construido
con restos de pisadas,
con miedo cincelado.

BALANCE


Volé toda la noche.
Reconstruí el paisaje
borrado por las alas
de la lluvia.
Cuando el amanecer
tendió su malla,
quedó apresado
el sueño
de mi huida.

DÁDIVA

Como llorar la luna
y los desiertos,
apilando montañas
en los valles.
Como llevar un grito
al desayuno
para que todos prueben
el sonido que dejan
las ausencias.

DESPERTAR

Las calles del recuerdo
se llenan
de guirnaldas.
Debajo de los puentes
el río de los sonidos
se había quedado quieto
y me miraba.

DESTELLO

Al otro lado de la noche
permanece
en vigilancia
tu silencio.

EL NIDO


De nuevo la paloma.
Pirueta en el alero.
Irisación nevada del plumaje.
Tu casa es otra casa
cuando en ella
aparece un lugar
para el encuentro.
De nuevo los sonidos
de la vida.

EL RIO DE TUS OJOS


I

Contigo en la penumbra
y este vals,
como una sola nota
enroscándose lívida,
al tronco de las voces.
Contigo, desde entonces
desde cuando aún
no había relojes.
Estoy dudando mucho
en la certeza
apenas esbozada
de construir silencios
a modo de espacios
habitables.
Pequeña eternidad
esta amenaza
que llevamos cosida
al borde de la lengua.
Contigo en soledad
compartiremos
espacios convertidos
en sonidos.
Palabras inaudibles,
procedentes
del tiempo en que nacían
las montañas.

II

Ventana de penumbra.
el muro es referente
de todas las miradas.
el sueño que movía
los tejados.

EN EL VACÍO

Debajo de la noche se recuesta
el luto mineral
de tu discurso.
Pinar de la distancia,
como un cielo
cortado a la medida.
No existen las ventanas.

ESCENARIO

Quisiera que tu voz
Fuese una esquina
Donde apoyar ahora
La cabeza.
Quisiera ver un árbol
En tus ojos,
Telón
Que distribuye
Las ausencias.

ESCORZO

En la esquinas lloro catedrales.
El viento sigue siendo
mi estrategia.
Construir el silencio,
espalda de los años,
todavía me define.

EVOCACIÓN





( Para Laura)


Regresa la paloma.
Días de vuelo inicial,
de zarzas dulces.
El aire en la ventana.
Un viento de jazmín
y de albahaca.
Detrás de las cortinas
está el miedo.
Regreso a mis silencios.

INSOMNIO

I

Desde todas las lindes
de la noche
me grita este silencio
carcomido.
Me grita una memoria
de volcanes,
un barco abandonado
en los trigales.
Estoy oyendo ahora
los cantares
que fueron el sonido
de todas las infancias.
Arquitectura triste
de aquel reino
que solamente existe
en la vigilia.
Recorro este camino
muy despacio
como un dulce sabor
recuperado.
Me voy por el sendero
sin regresos,
por donde van las nubes
y las águilas.

II

Mecánica del gusto,
avecinada
en donde calendarios
de sequía
encuentran dimensión
y colorido.
Habito en la palabra
más antigua.
Intento construir
un nuevo idioma
nacido de los brezos
y las algas.
Estoy donde no tiempo,
donde llueve
alaridos de piedra,
madrugadas
con la boca cosida.
Idioma de gestos
y de olvidos.
Una senda nocturna
me conduce
al miedo de la alcoba.
Una ventana grita
hacia los bosques
por donde huye la niebla.
Las pisadas
conducen a un silencio
de bodegas,
al lado de las sábanas
perdidas.


( 2 Enero 2002)

GUADARRAMA

La paz de los pinares
es un grito.
Fragmento de cantata,
o lluvia
en el recuerdo.
Abajo está la tarde
y una niebla
que envuelve y coloniza
senderos y palabras.

GESTOS RITUALES

Para escribir la noche.
Para esbozar el clima
de espectación
o parto permanente.
Complicidad del círculo
de luces.
Escondida en los libros,
la contraseña múltiple
del cántico.

LA CASA


(Para Sagrario)

Fragor de golondrinas
trazando pentagramas
o visillos.
Colgado de la luz
este balcón
se inunda de tejados.
Capiteles y música.
Silencio de horizonte
con pecho de mujer.

LUGAR


( Montesclaros)


El humo me recuerda,
y me recuerda el llanto
de alucinados versos.
Diario de la niebla.
Rocío en las telarañas
construye esta belleza
tan lejos de los ojos.


II


Estrategia constante de la huida.
Laberinto de trazos persistentes
se va delimitando
en la memoria.
La fuga es un intento
de ser otro.
Lugar para el rechazo
del presente.

MANIERISMO

Al otro lado de la noche
donde cantan
su cansancio
las estrellas,
la nube solitaria
que es tu imagen
se va quedando tibia
de tristeza

MANIFIESTO

Para decir la noche,
para darle
un contorno de luz
al tiempo encinta,
harás una alianza
con las sombras.
Roturarás el cielo.
Los incendios
también tienen historia.

MAPA MUDO

Un río que atraviesa
la memoria.
Imagen de lo incierto
que los sueños
repueblan y perfilan.
Un reino de silencio
se construye
detrás de las colinas
de la espera.

MELANCOLÍA

Ventana del silencio.
Llamarada del fresno
sobre grises.
Un cielo desmayado
enciende torres.
Las luces de la calle
se despiertan
muy despacio.

MEMORIAL

Tu sombra en los manzanos,
las pisadas compulsivas
de la tarde.
Tu voz en las carpetas.
En el rincón de luz
donde te añoro,
se adelgaza y se quiebra
la palabra.

NAUFRAGIO

Rincones del lenguaje.
Aspectos de la noche
que van dejando esquejes
en la piel.
Las uñas no envejecen.
Aspectos de este tacto
que va creando espacios
en la noche.
Aristas de los ojos.

NOCTURNO

El mar en las esquinas.
Los faroles
ejercitan el baile
de la niebla.
Como un labio de luz
el viento alivia
cansancio y lejanía
sobre las jaras.
El mar vuelve a la playa
de los sueños.

OTOÑO INTERIOR

Llueve en mi corazón.
Un viento triste
excita las ventanas.
La luz sobre el papel
hace columnas
que apuntalanel peso de los párpados.

PAISAJE DE BATALLA

Tiempo de nubes lentas y de espinos
que trepan por el sueño y nos achican.
Las manos de la noche llevan fuego
y recorren la piel de la memoria.

ORFEBRE

La mano de los siglos
que teje eternidades
se esmera en la belleza
de todo lo escondido.

PALABRA

Caballo de mis ojos.
Estado de ansiedad
es esta estátua
que el viento
nos describe.
Dilapidante historia
o un discurso
tallado en las palabrasde una espera

PAUTAS

El mar de la palabra
se me curva
en esta orilla azul
de tardes lentas.
En esta orilla lánguida
de incendios.
El mar nos comunica
y nos repara.
Igual que la palabra,
igual que el viento.

PAVESAS

Escucho la ceniza.
Discurso interminable
de lo que fuera asombro.
Hermosura oculta ahora
en el silencio,
en la palabra muda
que cierra todo ciclo.
Escucha, en tu interior,
el canto inconteniblede un desierto.

PERSPECTIVA

Detrás de los jardines
donde niebla
ensaya arquitecturas.
De toda nuestra historia,
un lecho de hojas muertas
y la arena
que construye la horas.

PREDICCIÓN

Allí donde los campos se retiran
para dejar espacio a los guijarros.
Para encuadrar los sones del silencio
que escribe sus mensajes ateridos.

RECURSO

Me asomo al horizonte,
donde la torre crece,
donde aullan
los árboles cansados
de diciembre.
Balcón hacia el silencio.
Senderos que se cruzanpor dentro de los ojos.

DESPEDIDA

Como la noche llega,
como el día,
así nos llega siempre
la partida.
Cogidos de la mano
hemos vivido juntos
como si no pasaran
las horas, los minutos.
Nos hemos acercado,
nos hemos conocido.
Será nuestro recuerdo
lo que hemos compartido.
Como la noche viene,
como el alba,
así la despedida
nos asalta.
Vinimos de muy lejos
y sin habernos visto
juntamos nuestras manos
para formar un nido.
De aquí nos llevaremos
recuerdos y presencias,
y no olvidarnos nunca
será nuestra promesa.
Como la noche llega
y nos sorprende,
así las despedidas
nos sorprenden.

MAR DE PREGUNTAS


I


Este mar que despeina en fulgores azules
las pisadas del viento, el rumor de la noche,
tiene manos de estatua, tiene helechos y frondas,
Su mirada de azúcar, parpadeos de luna,
cauteriza los huecos en la piel de los álamos.
Este mar es tan nuestro que sus ojos imitan
los colores del tiempo en que fuimos felices.
Sus montañas de espuma, sus abismos de fresa
tienen ritmo y nostalgia de la piel más humana.
¿A quién miran sus ojos? Su palabra inaudible
se aposenta en nosotros con furor de batalla.
Las ventanas nos crecen acunando reflejos.
Cabellera de zarzas, insumisa gorgona,
permanece distante sin dejar de seguirnos.
Como un perro sin ojos vigila los rincones,
se nos queda en los techos, telaraña sonora.

II

¿Cuándo duermen los barcos? Su agitada vigilia
se acurruca y se cuelga del gastado horizonte.
Los palacios del alba en constante vigilia,
rodeados de sombra, avizoran la noche.
Las ventanas caminan, hacen puente de luces
enseñando el sendero a los pálidos monstruos.


III

Cuadriculas la noche para hacerla habitable.
Para hacer con palabras un sendero en el aire
que te lleve a otros días, manantiales de calma.
¿Cómo nace la aurora? ¿Dónde están sus semillas?
En una barco se marchan, ateridas, las sombras
y otro barco regresa con la luz reunida
en una haz de candiles o creciente luciérnaga.
Un jardín elevado se construye de pronto
y se asoma orgulloso sobre manos de esparto.
¿Qué siluetas borrosas configuran los rostros
de los seres que fuimos y que el tiempo destiñe?
Horizonte de alambre, este rito de ahora.
Las pisadas nocturnas se convierten en eco
y recorren despacio los pasillos del sueño.
Cuánta luz encerrada se nos queda en la frente.

( Mayo – 02)

CRÓNICA

Fulgor de vientre pálido,
de rutinaria aurora.
Los dedos de la noche
han dejado señales
en el torso del agua.
Rincón para los besos.
Sembrar melancolía
sobre claveles mustios.Horas son amenazas.

CONJURO

La noche se convierte
en tu mirada.
Vocablos construidos
por tus manos.
La noche está sentadaen tu regazo.

APLAZMIENTO

La hora vegetal de los regresos.
País de cultivar
melancolía.
Orígenes del tiempo.
Tanto azúcar
nos llena de destelloslas cortinas.

martes, 2 de octubre de 2007

CONTORNOS DEL VACÍO

Morimos de internet
y de otras golosinas de diseño.
Se nos vuelven de niebla y de pavesas
las torres más enhiestas
de nuestro Manhattan personal.
La música más cruel
se va quedando
envasada y sin alma
en cadenas de montaje
que nuestros robots pastorean.
Morimos de este chat,
redondo y circunflejo,
que llamamos vivir
para entendernos.
Se doblan nuestras torres,
nuestras voraces ruinas,
tan gemelas, tan frías,
tan llenas de palabras
sin sentido.
Cultivamos el odio
y no sabemos
que existen los lugares
donde nadie pregunta,
donde llorar es casi
lo único asequible
a nuestro presupuesto.
Morimos de reuniones
que llamábamos cumbres
sin saber que hubiera alguien
allá abajo.
Las respuestas son plantas
que requieren cuidado,
que nos crecen sin rumbo
y nos llenas los días
de escombros y alaridos.
Estamos conectados a esta red
que nos permite hablar
sin tener que recurrir
a las palabras.
Consumimos envases y energías
jamás recuperables.
Los lirios y los cardos,
el sonido que no encuentra
objeto a su discurso.
Un mar donde se mueren
las soflamas,
nos separa y nos une
sin remedio.

ALUCINACIÓN



Recuerdo una ciudad
al fondo
de tus ojos.
Un túnel de silencio
se dibuja
detrás de la mirada.
Los días más antiguos
se muestran
de repente
entre las páginas.

ACTA

(Boda de Ana en El Cabaco)

Otoño es un incendio
en los Cavenes.
Los gestos del amor
crean la lluvia.
El tiempo de los roblescon mantilla.

ARCANO


Acantilado de la voz,
escarpado horizonte
la palabra.
Un mar entre las sílabas,
un libro
que va creciendo ahora
por los labios.

domingo, 30 de septiembre de 2007

DE NOCHES Y NAUFRAGIOS

CEREMONIA

Estancias sombreadas,
miedo al miedo.
Un mosaico de barcos
ateridos.
Se agranda la penumbra,
se contrae
el ensayo de un grito
entre los dedos.


VARIACIÓN

De ti, por ti, la noche
más bailable.
Un canto más tenaz
y discordado.
Me dirijo al umbral
interrogante
donde nunca tu voz será presencia.

RESPUESTA

(Para Hélder Ferreira)

Un árbol ha crecido en tu silencio.
Una pira de noches
y de espadas.
La página del tiempo
se desdobla
en sonidos que imitan
nuestros pasos.


TRASLACIÓN

Hoy es un rito azul
sin paliativos.
Hoy tengo otra mirada,
otras palabras
para decir los mismos
ajimeces.
Las manos de la tarde
hacen silencios
y nos cercan la piel
de la mirada.



IMPRONTA

A veces duele más tanta distancia
que la presencia inmóvil
de lo cierto.
A veces, cuando casi
ya no llueve,
nos parece reciente
la belleza
que acumulan los dedos
de la tarde.



FALSA ESTATUA

Sentado en tus pupilas muere
el día.
El viento da zancadas
en tu espalda.
Balcones de un incendio,
blanca noche
para pisar silencio
en los caminos.



AUSENCIA


Me miras desde dentro de los lentos
claveles del otoño.
Me cuidas el cabello
con palabras,
con los gestos de miel
que habías aprendido
en las estatuas.



INVENTARIO

El ruido de las alas de la noche.
Descubro cimitarras
en los libros.
El gesto más antiguo
de la ausencia
perdido entre los restos
del banquete.



TENSIÓN

Las horas que resbalan
por el gris de las baldosas.
Por un cielo trufado
de guijarros
se aleja, en su carroza
de suspiros,
un siglo de escafandras
y rosales.
Las horas, adornadas
con sangre de ballesta.


LUGAR DE LA VISIÓN

Y desde aquí la nieve
en horas de visita
Visillos enlazados
al pecho de las jaras.
Mañanas cuesta arriba
llenándonos los ojos.
Ventanas de cocina
vigilan
la ausencia de los pájaros.


ESTADO

El viento de la tarde
y las lombrices
que el tiempo nos regala.
Un barco de papel
trae pisadas
de la memoria escrita
por la lluvia.
Descanso de estar triste.
Proyecto una ventana
para verte.

CAMBIO DE ESTACIÓN

Regreso al territorio de las dudas.
Aquí cultivo arpegios y galopes.
Invierno en los armarios.
Los pájaros agitan el paisaje.
Una paloma blanca
estrena el cielo.
La noche se desborda
de los vasos.



GUADARRAMA

Aquí se llama ahora y es
mañana.
Debajo de los puentes
se construyen
las columnas del aire.
Debajo del almendro encanecido,
un baile de silencios,
una rueda
de manos ateridas.
Aquí, desde otro invierno,
los ojos y los dedos
de la sombra.



DIETARIO

Los días de la noche tienen dientes.
Están bajo las camas,
pelusillas
que borrará la lluvia
de otro enero.
Los días de los libros
y las lámparas
me llenan el zaguán
de la memoria.



DIES ILLA

Hay domingos que nos besan
y nos cuidan.
Que llenan nuestro vaso
de licores
cuyo nombre no sabemos.
Hay domingos que se extienden
a lo largo de semanas,
hasta llenar de aliento
el calendario.



PARÁBOLA

Del vientre de la noche
este silencio azul,
esta cascada
de nieve o de palabras
como espuelas.
del vientre de los libros
nace junta
toda la primavera,
como un viaje
que no tiene regreso.


LECTURA


La lluvia y los volcanes.
Orificio que no viene
en los mapas,
por donde los paisajes
se deslizan.
Ocupa este sillón
de mis ojeras
un arisco pirata.
Una galerna
se va extendiendo ahora
por el blanco mantel
del desayuno.



PORTADA

Observo la mentira del crepúsculo.
Vuelvo a pisar el límite
de todas las distancias.
Vigilo la cadencia
de una luz
que olvida su derrota.



PLAN DE FUGA

Ritual de los abrazos,
gestos de soledad
de un mar que crece.
Como encerrar los vientos.
Las mañanas se suceden
a si mismas.
La noche ya no existe.
Los gestos más antiguos
repentizan
caminos sin pisadas.
Niebla y sueño.



ESPACIO

El fuego es un lugar que llena
el horizonte.
Allí donde las manos
crecen y ramifican,
se está poblando
con todos los silencios,
un bosque de lechuzas
y de espasmos.
El fuego es otra dimensión
de los cansancios
que pueblan nuestra piel.



CONSIGNA

Si no estamos aquí, pregunta
por nosotros
a la noche.
Si el viaje nos retiene
y el regreso nos cierra
los caminos,
pregunta a este silencio
que grita
nuestros nombres.



COYUNTURA


Sentado en esta sombra
cultivable,
regreso a mis achaques,
los recodos
donde me crece el musgo
y las adelfas.
Un espejo me grita.
Sentado, tan de espaldas
como siempre.



DIMENSIÓN

La tarde crece y se ahila
como el fulgor tenaz
de la retama.
Insistencia de luces.
Todo el canto es ahora
casi árbol
casi huida.
La piedra nos enseña
sus heridas.



APUNTE

Memoria de amapolas.
territorio de los días
esbozados
en un perfil de sombra.
Acunadora luz
de melodías.
Los gritos se han borrado.
Un calendario lleno
de pisadas.



REITERACIÓN

Y oyes que la noche va despacio
a su rincón de luces
y de ayeres.
Quizá de tus pisadas
sólo queda
un eco que, despacio,
se encierra en otras noches.


ESPEJISMO

Cerrando la penumbra
del ocaso
nos pareció ver barcos
surcando
lentamente
la llanura.



APELACIÓN


Olvido de los ojos.
Geografía
de un llanto contenido.
Las manos también dicen.
Distancia que nos borra
la mirada.



ESQUEMA

Fue como si la noche,
cultivada en macetas,
nos sorprendiera
cogiendo
aquella flor
que nunca habíamos visto.
Fue como si
la oscuridad
en pleno día.



PÁNICO

Como llora la piedra.
Como se estira
y suena
su lamento.
Igual que las pisadas
de la noche,
sonando
por dentro
del cerebro.



VACÍO

Aquí y ahora, cierzo
o muerte en los papeles.
Un tiempo ceniciento
se desliza
por detrás del sonido
de la pluma.
Aquí y ahora,
calma
impregnando el periódico
mañana.



AUSENCIA

Estábamos mirando
los barcos de la noche.
Un viento como harina
nos cubría
la mirada.
Estábamos hablando
con los que solamente
conocen el silencio.



UBI

Allí, donde la lluvia
construye un escenario
vacío de palabras.
Lugar de desencuentros.
Pasillo inaccesible
que conduce
al territorio
del olvido.


HOMENAJE

¡ Qué pequeña la llama
de la noche ¡
La luna incinerando
residuos de un camino
todavía no trazado.
¡ Qué grande la nostalgia!
Y Juan Ramón llorando
porque el barco de sus sueños
no ha podido surcar
esta llanura.



TRATADO

De tu cintura también penden
las estrellas.
El tiempo se aposenta
en tus ojeras.
Las manos de la noche
imitaban
tu cansancio



COMUNICACIÓN


Estábamos allí, donde confluyen
los carros de la noche.
Y la palabra,
como piedra
de ajimez,
se estaba interponiendo
entre nosotros.



(Parquelagos, Enero-Junio, 1996)

lunes, 10 de septiembre de 2007

PREGÓN DEL ALIENTO. ALGUNOS POEMAS

ENCRUCIJADA

Desnudas el balcón de los ayeres
y vas dudando siempre de tus dudas.
Te sientas en el borde de aquel beso
para velar el sueño de tus pasos.
Desnudas el ayer, balcón de dudas,
y vas cerrando el arca de los ecos.
No tienes una historia y estás lleno
de la fugaz audacia de las hojas
que pisarás mañana, cuando vuelvas
de recorrer tu sueño hacia Damasco.
Pregunta dónde mueren los gorriones
que siempre se renuevan en las plazas.
Pregunta por tu historia, y si las hojas
que pisarás mañana saben toda
la narración de un viento que es camino.


RETRATO

Escucho aquellas manos que me cuentan
el lento cabalgar de los paisajes,
la madurez del sol, todas las dudas
de la mañana aislada entre los árboles.
Escucho aquellos árboles, la niebla
compuesta de palabras y palabras,
en un rimero, origen del galope.
El sol llena también nuestro equipaje.


PARANOMASIA

Despacio vienen árboles al viento
que llena la altivez de tu pupila.
Vestida de metal regresa el alba
adonde se deslizan bocas lentas.
Palabras son efigies, puentes ciegos
por donde pasa el miedo y los olvidos
que son el corazón de nuestros trajes.
Despacio, como el alba que regresa
al muro de metal de tu mirada,
o bien vestidos árboles de viento
desdicen la altivez de bocas lentas.
El miedo de los puentes, niño ciego
que busca el interior de nuestros trajes
por donde la altivez de tus palabras.


HORAS ORALES

Regreso desde ti para estas tardes,
enero tan detrás de ebrios cristales
que mancha en el umbral, o tu repaso.
Lección de intimidad, silente aljibe.
Las manos mugidoras de las arpas
incendian un almiar de gritos rotos,
un manto de paisaje encanecido
sonando en el café de nuestros besos.
Regreso tan de tarde por tu enero
que todos los cristales, esta mancha,
inician la silueta donde umbrales,
donde tu voz regreso, donde aljibe.


RETRATO DEL AUSENTE

Como si un mar la noche, o esa túnica larga
que se ponía la muerte cuando el cielo era niño.
Cuando era primavera en todos los armarios
y ensayaba horizontes un galope de lunas.
El juego de los surcos reproduce el peinado
de una xana alquilada para acunar el sueño.
Como si cada noche el mar se nos volviera
camino de añoranzas, rincón de los volcanes,
para encender cristales en esta primavera.
Para acunar el sueño, las manos repentinas
de la mejor cariátide del bosque de abdules.
Como si el mar, la muerte y todos los vestidos
que se ponía la noche para acunar el cielo,
cuando era primavera dentro de las alcuzas
y el cielo un horizonte lunado de galopes.


MANIERISMO

O no seré de ti, los manantiales
escriben las preguntas. Altozanos
hincados en la piel de los ayeres.
El mar interrogante, las mañanas
clavadas al panel de tanto olvido.
O vengo a interrogarte, a deducirme
de aquel conjuro súbito que fuimos:
las dudas, las montañas, tu silencio.
O no seré de ti. Niveles últimos
por donde hacen las horas ventanales.

domingo, 5 de agosto de 2007

DE NOCHES Y NAUFRAGIOS


CEREMONIA


Estancias sombreadas,
miedo al miedo.
Un mosaico de barcos
ateridos.
Se agranda la penumbra,
se contrae
el ensayo de un grito
entre los dedos.






VARIACIÓN


De ti, por ti, la noche
más bailable.
Un canto más tenaz
y discordado.
Me dirijo al umbral
interrogante
donde nunca tu voz será presencia.














RESPUESTA


(Para Hélder Ferreira)


Un árbol ha crecido en tu silencio.
Una pira de noches
y de espadas.
La página del tiempo
se desdobla
en sonidos que imitan
nuestros pasos.
















TRASLACIÓN




Hoy es un rito azul
sin paliativos.
Hoy tengo otra mirada,
otras palabras
para decir los mismos
ajimeces.
Las manos de la tarde
hacen silencios
y nos cercan la piel
de la mirada.









IMPRONTA



A veces duele más tanta distancia
que la presencia inmóvil
de lo cierto.
A veces, cuando casi
ya no llueve,
nos parece reciente
la belleza
que acumulan los dedos
de la tarde.








FALSA ESTATUA


Sentado en tus pupilas muere
el día.
El viento da zancadas
en tu espalda.
Balcones de un incendio,
blanca noche
para pisar silencio
en los caminos.





AUSENCIA



Me miras desde dentro de los lentos
claveles del otoño.
Me cuidas el cabello
con palabras,
con los gestos de miel
que habías aprendido
en las estatuas.





INVENTARIO



El ruido de las alas de la noche.
Descubro cimitarras
en los libros.
El gesto más antiguo
de la ausencia
perdido entre los restos
del banquete.




TENSIÓN




Las horas que resbalan
por el gris de las baldosas.
Por un cielo trufado
de guijarros
se aleja, en su carroza
de suspiros,
un siglo de escafandras
y rosales.
Las horas, adornadas
con sangre de ballesta.
-


LUGAR DE LA VISIÓN



Y desde aquí la nieve
en horas de visita
Visillos enlazados
al pecho de las jaras.
Mañanas cuesta arriba
llenándonos los ojos.
Ventanas de cocina
vigilan
la ausencia de los pájaros.



ESTADO



El viento de la tarde
y las lombrices
que el tiempo nos regala.
Un barco de papel
trae pisadas
de la memoria escrita
por la lluvia.
Descanso de estar triste.
Proyecto una ventana
para verte.

CAMBIO DE ESTACIÓN



Regreso al territorio de las dudas.
Aquí cultivo arpegios y galopes.
Invierno en los armarios.
Los pájaros agitan el paisaje.
Una paloma blanca
estrena el cielo.
La noche se desborda
de los vasos.





GUADARRAMA




Aquí se llama ahora y es
mañana.
Debajo de los puentes
se construyen
las columnas del aire.
Debajo del almendro encanecido,
un baile de silencios,
una rueda
de manos ateridas.
Aquí, desde otro invierno,
los ojos y los dedos
de la sombra.



DIETARIO




Los días de la noche tienen dientes.
Están bajo las camas,
pelusillas
que borrará la lluvia
de otro enero.
Los días de los libros
y las lámparas
me llenan el zaguán
de la memoria.




DIES ILLA



Hay domingos que nos besan
y nos cuidan.
Que llenan nuestro vaso
de licores
cuyo nombre no sabemos.
Hay domingos que se extienden
a lo largo de semanas,
hasta llenar de aliento
el calendario.



PARÁBOLA





Del vientre de la noche
este silencio azul,
esta cascada
de nieve o de palabras
como espuelas.
del vientre de los libros
nace junta
toda la primavera,
como un viaje
que no tiene regreso.





LECTURA


La lluvia y los volcanes.
Orificio que no viene
en los mapas,
por donde los paisajes
se deslizan.
Ocupa este sillón
de mis ojeras
un arisco pirata.
Una galerna
se va extendiendo ahora
por el blanco mantel
del desayuno.



PORTADA




Observo la mentira del crepúsculo.
Vuelvo a pisar el límite
de todas las distancias.
Vigilo la cadencia
de una luz
que olvida su derrota.






PLAN DE FUGA




Ritual de los abrazos,
gestos de soledad
de un mar que crece.
Como encerrar los vientos.
Las mañanas se suceden
a si mismas.
La noche ya no existe.
Los gestos más antiguos
repentizan
caminos sin pisadas.
Niebla y sueño.





ESPACIO



El fuego es un lugar que llena
el horizonte.
Allí donde las manos
crecen y ramifican,
se está poblando
con todos los silencios,
un bosque de lechuzas
y de espasmos.
El fuego es otra dimensión
de los cansancios
que pueblan nuestra piel.




CONSIGNA



Si no estamos aquí, pregunta
por nosotros
a la noche.
Si el viaje nos retiene
y el regreso nos cierra
los caminos,
pregunta a este silencio
que grita
nuestros nombres.





COYUNTURA



Sentado en esta sombra
cultivable,
regreso a mis achaques,
los recodos
donde me crece el musgo
y las adelfas.
Un espejo me grita.
Sentado, tan de espaldas
como siempre.




DIMENSIÓN



La tarde crece y se ahila
como el fulgor tenaz
de la retama.

Insistencia de luces.
Todo el canto es ahora
casi árbol
casi huida.
La piedra nos enseña
sus heridas.



APUNTE



Memoria de amapolas.
territorio de los días
esbozados
en un perfil de sombra.
Acunadora luz
de melodías.
Los gritos se han borrado.
Un calendario lleno
de pisadas.






REITERACIÓN




Y oyes que la noche va despacio
a su rincón de luces
y de ayeres.
Quizá de tus pisadas
sólo queda
un eco que, despacio,
se encierra en otras noches.






ESPEJISMO



Cerrando la penumbra
del ocaso
nos pareció ver barcos
surcando
lentamente
la llanura.





APELACIÓN



Olvido de los ojos.
Geografía
de un llanto contenido.
Las manos también dicen.
Distancia que nos borra
la mirada.




ESQUEMA




Fue como si la noche,
cultivada en macetas,
nos sorprendiera
cogiendo
aquella flor
que nunca habíamos visto.
Fue como si
la oscuridad
en pleno día.



PÁNICO




Como llora la piedra.
Como se estira
y suena
su lamento.
Igual que las pisadas
de la noche,
sonando
por dentro
del cerebro.



VACÍO



Aquí y ahora, cierzo
o muerte en los papeles.
Un tiempo ceniciento
se desliza
por detrás del sonido
de la pluma.
Aquí y ahora,
calma
impregnando el periódico
mañana.


AUSENCIA




Estábamos mirando
los barcos de la noche.
Un viento como harina
nos cubría
la mirada.
Estábamos hablando
con los que solamente
conocen el silencio.

UBI



Allí, donde la lluvia
construye un escenario
vacío de palabras.
Lugar de desencuentros.
Pasillo inaccesible
que conduce
al territorio
del olvido.




HOMENAJE



¡ Qué pequeña la llama
de la noche ¡
La luna incinerando
residuos de un camino
todavía no trazado.
¡ Qué grande la nostalgia!
Y Juan Ramón llorando
porque el barco de sus sueños
no ha podido surcar
esta llanura.


TRATADO



De tu cintura también penden
las estrellas.
El tiempo se aposenta
en tus ojeras.
Las manos de la noche
imitaban
tu cansancio





COMUNICACIÓN



Estábamos allí, donde confluyen
los carros de la noche.
Y la palabra,
como piedra
de ajimez,
se estaba interponiendo
entre nosotros.




(Parquelagos, Enero-Junio, 1996)

sábado, 28 de julio de 2007

TERRITORIO


1 - ARS POÉTICA


Hay un cielo aquí colgado
sobre los hombros del día.
Hay una mirada, un gesto
que va apilando sonidos
hasta encontrar la palabra.


2 - OTOÑO

Donde las nubes se quejan
y las voces se suicidan.
Aquí quisiera quedarme
para mirar cómo el día
se va elevando, colgado
de estos robles encendidos
3 - CONSTRUCCIÓN

Y vienes a mis ojos como el eco
de alguna tarde incierta, como rayo
de aquella aurora pálida, rendida.
O bien, me desconciertas con un gesto
que delata tu ser: son de silencio.


(Montesclaros, Agosto, 2006)