domingo, 10 de noviembre de 2013

PISADAS DE SILENCIO




Y las manos cansadas
                    y los ojos,
cargados con esquirlas
de los sueños,
se te fueron reduciendo
     como pequeños ríos
que han perdido
                  la memoria.
Y todo tu caudal
              fue sólo huella
de un flujo semejante
al crecer de las paredes.
Porque detrás del calendario
se esconden siempre
                las pisadas
del miedo, con los ácaros
que arruinan y envejecen
los inicios.
Todo quedó a merced
             de aquella huida
practicada en el tiempo
de un eclipse.
Porque las puertas saben,
                       pero nunca
parecen escuchar
                 ni tener dudas.


                    EMILIO RODRÍGUEZ