lunes, 10 de septiembre de 2007

PREGÓN DEL ALIENTO. ALGUNOS POEMAS

ENCRUCIJADA

Desnudas el balcón de los ayeres
y vas dudando siempre de tus dudas.
Te sientas en el borde de aquel beso
para velar el sueño de tus pasos.
Desnudas el ayer, balcón de dudas,
y vas cerrando el arca de los ecos.
No tienes una historia y estás lleno
de la fugaz audacia de las hojas
que pisarás mañana, cuando vuelvas
de recorrer tu sueño hacia Damasco.
Pregunta dónde mueren los gorriones
que siempre se renuevan en las plazas.
Pregunta por tu historia, y si las hojas
que pisarás mañana saben toda
la narración de un viento que es camino.


RETRATO

Escucho aquellas manos que me cuentan
el lento cabalgar de los paisajes,
la madurez del sol, todas las dudas
de la mañana aislada entre los árboles.
Escucho aquellos árboles, la niebla
compuesta de palabras y palabras,
en un rimero, origen del galope.
El sol llena también nuestro equipaje.


PARANOMASIA

Despacio vienen árboles al viento
que llena la altivez de tu pupila.
Vestida de metal regresa el alba
adonde se deslizan bocas lentas.
Palabras son efigies, puentes ciegos
por donde pasa el miedo y los olvidos
que son el corazón de nuestros trajes.
Despacio, como el alba que regresa
al muro de metal de tu mirada,
o bien vestidos árboles de viento
desdicen la altivez de bocas lentas.
El miedo de los puentes, niño ciego
que busca el interior de nuestros trajes
por donde la altivez de tus palabras.


HORAS ORALES

Regreso desde ti para estas tardes,
enero tan detrás de ebrios cristales
que mancha en el umbral, o tu repaso.
Lección de intimidad, silente aljibe.
Las manos mugidoras de las arpas
incendian un almiar de gritos rotos,
un manto de paisaje encanecido
sonando en el café de nuestros besos.
Regreso tan de tarde por tu enero
que todos los cristales, esta mancha,
inician la silueta donde umbrales,
donde tu voz regreso, donde aljibe.


RETRATO DEL AUSENTE

Como si un mar la noche, o esa túnica larga
que se ponía la muerte cuando el cielo era niño.
Cuando era primavera en todos los armarios
y ensayaba horizontes un galope de lunas.
El juego de los surcos reproduce el peinado
de una xana alquilada para acunar el sueño.
Como si cada noche el mar se nos volviera
camino de añoranzas, rincón de los volcanes,
para encender cristales en esta primavera.
Para acunar el sueño, las manos repentinas
de la mejor cariátide del bosque de abdules.
Como si el mar, la muerte y todos los vestidos
que se ponía la noche para acunar el cielo,
cuando era primavera dentro de las alcuzas
y el cielo un horizonte lunado de galopes.


MANIERISMO

O no seré de ti, los manantiales
escriben las preguntas. Altozanos
hincados en la piel de los ayeres.
El mar interrogante, las mañanas
clavadas al panel de tanto olvido.
O vengo a interrogarte, a deducirme
de aquel conjuro súbito que fuimos:
las dudas, las montañas, tu silencio.
O no seré de ti. Niveles últimos
por donde hacen las horas ventanales.

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