domingo, 30 de septiembre de 2007

DE NOCHES Y NAUFRAGIOS

CEREMONIA

Estancias sombreadas,
miedo al miedo.
Un mosaico de barcos
ateridos.
Se agranda la penumbra,
se contrae
el ensayo de un grito
entre los dedos.


VARIACIÓN

De ti, por ti, la noche
más bailable.
Un canto más tenaz
y discordado.
Me dirijo al umbral
interrogante
donde nunca tu voz será presencia.

RESPUESTA

(Para Hélder Ferreira)

Un árbol ha crecido en tu silencio.
Una pira de noches
y de espadas.
La página del tiempo
se desdobla
en sonidos que imitan
nuestros pasos.


TRASLACIÓN

Hoy es un rito azul
sin paliativos.
Hoy tengo otra mirada,
otras palabras
para decir los mismos
ajimeces.
Las manos de la tarde
hacen silencios
y nos cercan la piel
de la mirada.



IMPRONTA

A veces duele más tanta distancia
que la presencia inmóvil
de lo cierto.
A veces, cuando casi
ya no llueve,
nos parece reciente
la belleza
que acumulan los dedos
de la tarde.



FALSA ESTATUA

Sentado en tus pupilas muere
el día.
El viento da zancadas
en tu espalda.
Balcones de un incendio,
blanca noche
para pisar silencio
en los caminos.



AUSENCIA


Me miras desde dentro de los lentos
claveles del otoño.
Me cuidas el cabello
con palabras,
con los gestos de miel
que habías aprendido
en las estatuas.



INVENTARIO

El ruido de las alas de la noche.
Descubro cimitarras
en los libros.
El gesto más antiguo
de la ausencia
perdido entre los restos
del banquete.



TENSIÓN

Las horas que resbalan
por el gris de las baldosas.
Por un cielo trufado
de guijarros
se aleja, en su carroza
de suspiros,
un siglo de escafandras
y rosales.
Las horas, adornadas
con sangre de ballesta.


LUGAR DE LA VISIÓN

Y desde aquí la nieve
en horas de visita
Visillos enlazados
al pecho de las jaras.
Mañanas cuesta arriba
llenándonos los ojos.
Ventanas de cocina
vigilan
la ausencia de los pájaros.


ESTADO

El viento de la tarde
y las lombrices
que el tiempo nos regala.
Un barco de papel
trae pisadas
de la memoria escrita
por la lluvia.
Descanso de estar triste.
Proyecto una ventana
para verte.

CAMBIO DE ESTACIÓN

Regreso al territorio de las dudas.
Aquí cultivo arpegios y galopes.
Invierno en los armarios.
Los pájaros agitan el paisaje.
Una paloma blanca
estrena el cielo.
La noche se desborda
de los vasos.



GUADARRAMA

Aquí se llama ahora y es
mañana.
Debajo de los puentes
se construyen
las columnas del aire.
Debajo del almendro encanecido,
un baile de silencios,
una rueda
de manos ateridas.
Aquí, desde otro invierno,
los ojos y los dedos
de la sombra.



DIETARIO

Los días de la noche tienen dientes.
Están bajo las camas,
pelusillas
que borrará la lluvia
de otro enero.
Los días de los libros
y las lámparas
me llenan el zaguán
de la memoria.



DIES ILLA

Hay domingos que nos besan
y nos cuidan.
Que llenan nuestro vaso
de licores
cuyo nombre no sabemos.
Hay domingos que se extienden
a lo largo de semanas,
hasta llenar de aliento
el calendario.



PARÁBOLA

Del vientre de la noche
este silencio azul,
esta cascada
de nieve o de palabras
como espuelas.
del vientre de los libros
nace junta
toda la primavera,
como un viaje
que no tiene regreso.


LECTURA


La lluvia y los volcanes.
Orificio que no viene
en los mapas,
por donde los paisajes
se deslizan.
Ocupa este sillón
de mis ojeras
un arisco pirata.
Una galerna
se va extendiendo ahora
por el blanco mantel
del desayuno.



PORTADA

Observo la mentira del crepúsculo.
Vuelvo a pisar el límite
de todas las distancias.
Vigilo la cadencia
de una luz
que olvida su derrota.



PLAN DE FUGA

Ritual de los abrazos,
gestos de soledad
de un mar que crece.
Como encerrar los vientos.
Las mañanas se suceden
a si mismas.
La noche ya no existe.
Los gestos más antiguos
repentizan
caminos sin pisadas.
Niebla y sueño.



ESPACIO

El fuego es un lugar que llena
el horizonte.
Allí donde las manos
crecen y ramifican,
se está poblando
con todos los silencios,
un bosque de lechuzas
y de espasmos.
El fuego es otra dimensión
de los cansancios
que pueblan nuestra piel.



CONSIGNA

Si no estamos aquí, pregunta
por nosotros
a la noche.
Si el viaje nos retiene
y el regreso nos cierra
los caminos,
pregunta a este silencio
que grita
nuestros nombres.



COYUNTURA


Sentado en esta sombra
cultivable,
regreso a mis achaques,
los recodos
donde me crece el musgo
y las adelfas.
Un espejo me grita.
Sentado, tan de espaldas
como siempre.



DIMENSIÓN

La tarde crece y se ahila
como el fulgor tenaz
de la retama.
Insistencia de luces.
Todo el canto es ahora
casi árbol
casi huida.
La piedra nos enseña
sus heridas.



APUNTE

Memoria de amapolas.
territorio de los días
esbozados
en un perfil de sombra.
Acunadora luz
de melodías.
Los gritos se han borrado.
Un calendario lleno
de pisadas.



REITERACIÓN

Y oyes que la noche va despacio
a su rincón de luces
y de ayeres.
Quizá de tus pisadas
sólo queda
un eco que, despacio,
se encierra en otras noches.


ESPEJISMO

Cerrando la penumbra
del ocaso
nos pareció ver barcos
surcando
lentamente
la llanura.



APELACIÓN


Olvido de los ojos.
Geografía
de un llanto contenido.
Las manos también dicen.
Distancia que nos borra
la mirada.



ESQUEMA

Fue como si la noche,
cultivada en macetas,
nos sorprendiera
cogiendo
aquella flor
que nunca habíamos visto.
Fue como si
la oscuridad
en pleno día.



PÁNICO

Como llora la piedra.
Como se estira
y suena
su lamento.
Igual que las pisadas
de la noche,
sonando
por dentro
del cerebro.



VACÍO

Aquí y ahora, cierzo
o muerte en los papeles.
Un tiempo ceniciento
se desliza
por detrás del sonido
de la pluma.
Aquí y ahora,
calma
impregnando el periódico
mañana.



AUSENCIA

Estábamos mirando
los barcos de la noche.
Un viento como harina
nos cubría
la mirada.
Estábamos hablando
con los que solamente
conocen el silencio.



UBI

Allí, donde la lluvia
construye un escenario
vacío de palabras.
Lugar de desencuentros.
Pasillo inaccesible
que conduce
al territorio
del olvido.


HOMENAJE

¡ Qué pequeña la llama
de la noche ¡
La luna incinerando
residuos de un camino
todavía no trazado.
¡ Qué grande la nostalgia!
Y Juan Ramón llorando
porque el barco de sus sueños
no ha podido surcar
esta llanura.



TRATADO

De tu cintura también penden
las estrellas.
El tiempo se aposenta
en tus ojeras.
Las manos de la noche
imitaban
tu cansancio



COMUNICACIÓN


Estábamos allí, donde confluyen
los carros de la noche.
Y la palabra,
como piedra
de ajimez,
se estaba interponiendo
entre nosotros.



(Parquelagos, Enero-Junio, 1996)

lunes, 10 de septiembre de 2007

PREGÓN DEL ALIENTO. ALGUNOS POEMAS

ENCRUCIJADA

Desnudas el balcón de los ayeres
y vas dudando siempre de tus dudas.
Te sientas en el borde de aquel beso
para velar el sueño de tus pasos.
Desnudas el ayer, balcón de dudas,
y vas cerrando el arca de los ecos.
No tienes una historia y estás lleno
de la fugaz audacia de las hojas
que pisarás mañana, cuando vuelvas
de recorrer tu sueño hacia Damasco.
Pregunta dónde mueren los gorriones
que siempre se renuevan en las plazas.
Pregunta por tu historia, y si las hojas
que pisarás mañana saben toda
la narración de un viento que es camino.


RETRATO

Escucho aquellas manos que me cuentan
el lento cabalgar de los paisajes,
la madurez del sol, todas las dudas
de la mañana aislada entre los árboles.
Escucho aquellos árboles, la niebla
compuesta de palabras y palabras,
en un rimero, origen del galope.
El sol llena también nuestro equipaje.


PARANOMASIA

Despacio vienen árboles al viento
que llena la altivez de tu pupila.
Vestida de metal regresa el alba
adonde se deslizan bocas lentas.
Palabras son efigies, puentes ciegos
por donde pasa el miedo y los olvidos
que son el corazón de nuestros trajes.
Despacio, como el alba que regresa
al muro de metal de tu mirada,
o bien vestidos árboles de viento
desdicen la altivez de bocas lentas.
El miedo de los puentes, niño ciego
que busca el interior de nuestros trajes
por donde la altivez de tus palabras.


HORAS ORALES

Regreso desde ti para estas tardes,
enero tan detrás de ebrios cristales
que mancha en el umbral, o tu repaso.
Lección de intimidad, silente aljibe.
Las manos mugidoras de las arpas
incendian un almiar de gritos rotos,
un manto de paisaje encanecido
sonando en el café de nuestros besos.
Regreso tan de tarde por tu enero
que todos los cristales, esta mancha,
inician la silueta donde umbrales,
donde tu voz regreso, donde aljibe.


RETRATO DEL AUSENTE

Como si un mar la noche, o esa túnica larga
que se ponía la muerte cuando el cielo era niño.
Cuando era primavera en todos los armarios
y ensayaba horizontes un galope de lunas.
El juego de los surcos reproduce el peinado
de una xana alquilada para acunar el sueño.
Como si cada noche el mar se nos volviera
camino de añoranzas, rincón de los volcanes,
para encender cristales en esta primavera.
Para acunar el sueño, las manos repentinas
de la mejor cariátide del bosque de abdules.
Como si el mar, la muerte y todos los vestidos
que se ponía la noche para acunar el cielo,
cuando era primavera dentro de las alcuzas
y el cielo un horizonte lunado de galopes.


MANIERISMO

O no seré de ti, los manantiales
escriben las preguntas. Altozanos
hincados en la piel de los ayeres.
El mar interrogante, las mañanas
clavadas al panel de tanto olvido.
O vengo a interrogarte, a deducirme
de aquel conjuro súbito que fuimos:
las dudas, las montañas, tu silencio.
O no seré de ti. Niveles últimos
por donde hacen las horas ventanales.