sábado, 6 de octubre de 2007

EL RIO DE TUS OJOS


I

Contigo en la penumbra
y este vals,
como una sola nota
enroscándose lívida,
al tronco de las voces.
Contigo, desde entonces
desde cuando aún
no había relojes.
Estoy dudando mucho
en la certeza
apenas esbozada
de construir silencios
a modo de espacios
habitables.
Pequeña eternidad
esta amenaza
que llevamos cosida
al borde de la lengua.
Contigo en soledad
compartiremos
espacios convertidos
en sonidos.
Palabras inaudibles,
procedentes
del tiempo en que nacían
las montañas.

II

Ventana de penumbra.
el muro es referente
de todas las miradas.
el sueño que movía
los tejados.

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